El vi cooperatiu català, a La Vanguardia

Aquest dijous també publico a La Vanguardia la secció La Vinoteca Catalana, que aquesta setmana està dedicada al món del vi cooperatiu català. No sempre en un article hi caben tots els apunts sobre qüestions tan complicades i difícils com aquesta. Sovint es parla de la posada al dia de les cooperatives però s'eludeixen les dificultats econòmiques pèr les quals passen lo els reiterats ajuts econòmics que han rebut i reben de la Generalitat. Quina és la vostra opinió?

LA VINOTECA CATALANA

Vino cooperativo, imaginación e innovación


RAMON FRANCÀS
Barcelona

El peso del vino cooperativo catalán es más que destacado. La Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya (FCAC) agrupa 78 cooperativas (76 de primer grado y 2 de segundo grado) del sector del vino, que aglutinan la producción de 21.439 socios y ocupan a 1.013 trabajadores. Estas cooperativas facturan en torno a los 300 millones de euros, de los cuales la mitad proviene de la actividad vitivinícola. Las cooperativas vitivinícolas gestionan el 55% de la producción total de Catalunya. La producción del vino cooperativo catalán se eleva hasta los 1,68 millones de hectolitros (224 millones de kilos de uva). El presidente de la FCAC, Josep Pere Colat, afirma que “tras dos campañas muy duras en las que el precio de la uva no ha hecho más que bajar y donde se ha traspasado en algunos casos el umbral de la quiebra técnica, las cooperativas han tenido que hacer frente a la crisis con las fórmulas más imaginativas posibles”. Considera que “con el esfuerzo de todos se ha podido contener la crisis, desde el agricultor hasta las cooperativas”. También añade que “las cooperativas continuamos apostando en procesos de innovación que garantizan la calidad de nuestros productos, consolidados en mercados de los cinco continentes y reconocidos con múltiples galardones”. El director general del Institut Català de la Vinya i el Vi de la Generalitat, Oriol Guevara, defiende que “las cooperativas catalanas atesoran el potencial más grande de la viña y el vino de la vieja Europa” mientras el conseller d’Agricultura, Joaquim Llena, afirma que “el cooperativismo tiene más sentido que nunca”.
Buena muestra de la buena marcha del vino cooperativo catalán es la evolución del histórico Celler Cooperatiu de Gandesa, que suma una producción de 3 millones de kilos de uva y una facturación de 2 millones de euros. Suman 435 socios, de los cuales 330 son proveedores de uva. Su producción embotellada asciende a 600.000 botellas, mientras que producen 300.000 litros en bag in box y hasta 800.000 litros en garrafas de plástico. En su principal mercado, Catalunya, han incrementado sus ventas en lo que va de año un significativo 30%. El gerente y enólogo de esta bodega, Joan Maria Riera, considera que “el futuro del vino cooperativo catalán pasa por reducir la cantidad y apostar por la calidad”. Cree que pese a que ha habido “una gran revolución”, hay que redimensionar las bodegas cooperativas reduciendo el número de socios e incrementando la profesionalización. No menos destacada es la evolución de la cooperativa de segundo grado Centre Vinícola del Penedès (Cevipe), que el pasado viernes celebró su 25 aniversario consolidada como la primera unidad de producción de la región del cava y como uno de los principales proveedores de vino base para cava y de vino a granel para bodegas elaboradoras de Catalunya, España y Europa. Su facturación asciende a 20 millones de euros. Reúne a más de 2.000 socios y hasta 14 cooperativas: Abinyana, Barberà de la Conca, Bellvei del Penedès, l’Arboç, l’Espluga de Francolí, La Granada, Llorenç del Penedès, Moja, El Vendrell, Solivella, La Nou de Gaià, Vilanova i la Geltrú, Vila-rodona y Vimbodí. Su presidente, Xavier Farré, y su gerente, Pau Urgell, afirman que “en 25 años se ha demostrado la validez de un proyecto que tiene como objetivo garantizar una mejora en la competitividad y defender el valor que el viticultor percibe por la uva”. También consideran que hay que volver a la “anticipación” que mostraron en sus orígenes para resolver los problemas.