dijous, 2 de febrer del 2012

Quines són les millors anyades de Jean León?



En el número d'aquest mes de febrer de la revista Planeta Vino (número 41) signo un article del qual em sento particularment orgullós. Em sento molt satisfet professionalment pel fet que Andrés Proensa hagi volgut publicar una entrevista a fons a un dels grans personatges del vi català, el veritable artífex de Jean León. En aquest treball, fruit de dues llargues entrevistes fetes al bar del poliesportiu del Pla del Penedès, Jaume Rovira desgrana secrets, com que mai ha tastat ni una sola cervesa; explica la seva visió del vi i revela quines són, segons el seu parer, les millors anyades històriques d'aquest celler penedesenc que és tota una icona. Aquest treball és molt més que un perfil, vol ser un homenatge a un personatge a qui tant deu el Penedès i el món del vi a Catalunya. Per mi, a més, és un honor que Andrés Proensa hagi volgut publicar-lo i m'hagi estimulat a millorar aquesta entrevista d'estil indirecte. Espero que gaudiu d'un text escrit amb passió i  amb admiració cap a Jaume Rovira:

Las huellas de Jaume Rovira


RAMON FRANCÀS

El novelista, ensayista, dramaturgo y filósofo francés Albert Camus llegó a la conclusión que es muy fácil obtener fama, pero también que es muy difícil merecerla. En el caso que nos ocupa la fama es del todo merecida. Y ya se sabe, como recuerda un proverbio árabe, que las cosas no valen por el tiempo que duran, sino por las huellas que dejan. Me refiero a uno de los enólogos a quien el Penedès en particular, y el resto de la Catalunya vitivinícola en general, le debe más. Se trata de Jaume Rovira Montserrat, nacido hace 68 años en la barriada de Sabanell (Font-rubí) y vecino de la Granada, población del Alt Penedès (Barcelona) donde fijó residencia tras conocer a la que sería su esposa una noche llena de ilusión, la de la cabalgata de los Reyes Magos, en la que encarnó a Su Majestad el Rey Melchor. Ya jubilado, Rovira fue desde 1964 la verdadera alma de una de las marcas catalanas más afamadas: Jean León. Se jubiló 12 años después que falleciera Jean León. Siempre que lo requieren se deja caer aún por esta bodega de Torrelavit que actualmente cuenta con Xavier Rubires como director técnico y a Mireia Torres como primera ejecutiva. Raro es el día en el que no se puede ver a Jaume Rovira trabajando en su huertecillo o jugando al domino con sus amigos en el bar del polideportivo del Pla del Penedès, el mismo marco en el que se realizó durante dos días esta entrevista. Pero además de enólogo, Rovira ha sido viticultor, profesor de autoescuela, trabajador de un molino de aceite, consejero de Agricultura del primer gobierno comarcal del Alt Penedès, concejal durante 12 años del Ayuntamiento de la Granada por CiU  y 32 años miembro de la coral de este mismo municipio.
            Asegura que “ya no tengo ninguna responsabilidad” en Jean León, pero la añoranza le lleva casi todos los días a darse una vuelta entre las viñas o las barricas de este singular pago por el que solo se pagaron 6 millones de las antiguas pesetas. Jaume Rovira revela que se consiguió tan buen precio con ayuda de la caprichosa meteorología ya que el granizo castigó a la finca, de cerca de 70 hectáreas, en siete de los nueve años anteriores a la firma de las escrituras por parte del santanderino Ceferino Carrión (Jean León). La finca se adquirió tras realizarse estudios en la Universidad de Davis que certificaban la idoneidad de las tierras arcilloso-calcáreas de este pago para aclimatar las variedades francesas que quería plantar. De hecho, “Jean León quiso primero adquirir un château de Burdeos, pero dada la proximidad de su familia, que residía en el barrio del Clot de Barcelona, y seguramente la dificultad económica para adquirir una bodega en Burdeos, prefirió recrear un château en el Penedès”. Pagó “una fortuna” a bodegas de gran prestigio, como Château Laffite-Rothschild, para conseguir injertos de vides de las variedades cabernet sauvignon, merlot, cabernet franc, pinot noir o chardonnay. Desde Jean León se enorgullecen de ser la primera bodega en España que plantó chardonnay, en implantar la fermentación en barrica de vino blanco (1974) y en elaborar la primera botella de vino de la variedad cabernet suvignon (1969). Hoy, sin embargo, el Penedès busca mayores cotas de personalidad apostando por sus variedades autóctonas. Inicialmente, como recuerda Jaume Rovira, “plantamos variedades autóctonas como la cariñena o la monastrell, e incluso la pinot noir”.  Pero los resultados obtenidos no les convencieron y acabaron reinjertando las viñas. Añade que “llegamos a comercializar un vino, bautizado como Carreta, con estas variedades, aunque en la etiqueta se escondía que lo elaboraba Jean León, solo se podía leer: Elaborado por J.L.”. Era un vino obtenido de viñas jóvenes que aún no habían mostrado su verdadero potencial. Considera que con los años el merlot se ha convertido en la variedad internacional que mejor se ha adaptado al clima y al suelo del Penedès y recuerda que su pionera apuesta por la cabernet sauvignon, la cabernet franc, la petit verdot o la chardonnay responde “no a que no se creyera en las variedades autóctonas del Penedès sino a la voluntad de ofrecer en el restaurante de Jean León vinos del estilo que demandaban sus selectos clientes, principalmente de Burdeos y Borgoña”.  En su restaurante de Beberly Hills solo había un vino español al margen de los que elaboraba Jaume Rovira en Torrelavit: el rioja Marqués de Riscal.  Jaume Rovira también recuerda que cuando iniciaron la aventura de Jean León no se conseguían los registros actuales con variedades autóctonas como la sumoll porque se hacía sobreproducir a las vides y por no disponer de la tecnología actual ni utilizar el frío. También reconoce que abandonaron la elaboración de pinot noir tras no ser capaces de conseguir bayas con una compensada maduración. Pese a ello, cree que “no hay variedades malas sino plantadas en sitios inadecuados, mal cultivadas o mal elaboradas”.
            La primera cosecha de Rovira, que solo sirvió para llenar 22 barricas de 225 litros, fue la de 1969. Desde entonces se han sucedido un buen número de cosechas memorables, entre las que se encuentran verdaderas joyas. Jaume Rovira conserva en su memoria, sin consultar chuleta alguna, las añadas de las que se muestra más orgulloso: 1971, 1975, 1978, 1979, 1982, 1983, 1987, 1991, 1994, 1997, 1999, 2000 y 2001. Al enólogo histórico de Jean León le gusta recordar tres añadas para tres tipos de consumidores distintos: la de 1981, para los que gustan de los tintos suaves; la de 1982 para  los ilustrados, ya que consiguió muy buena crítica; y la de 1983, para los entendidos en vino, ya que para Rovira esta añada fue netamente mejor que la del 82.  Aún recuerda como si fuera ayer las primeras añadas de la bodega, que vendieron por encima de las 400 pesetas la botella. Era un precio astronómico por lo que se estilaba en aquel entonces en un Penedès de vinos “peleones”. La creación de sus vinos bebió de la influencia de Burdeos, una tónica que asegura que se ha intentado mantener ajena a las modas con excepción de Zemis (un tinto de gama alta, de 100 euros, más en consonancia con los gustos Parker/Miller). Por lo tanto, sus tintos son tánicos, bien estructurados y con gran acidez buscando longevidad y afinamiento en la botella. De un buen vino destaca su relación entre precio y calidad y que sea capaz de “satisfacerte y emocionarte”, aunque no concibe su consumo si no es en el marco de un maridaje con una comida. Jaume Rovira da palabra que nunca ha bebido ni una sola cerveza.
            Cuando él dio sus primeros pasos como enólogo la mayoría de viticultores elaboraban en sus casas sus propios vinos con medios y métodos precarios. Hoy el Penedès no es aquella región vitivinícola de gran prestigio que hubiera querido. Lamenta que el Penedès no disfrute actualmente de un mayor prestigio y personalidad. Lo atribuye a la disparidad de plantación de variedades de uvas en zonas no adecuadas. No entiende, pues, que “todo el mundo ha hecho lo que ha querido y donde ha querido”. También reconoce que el boom del cava  modificó el panorama vitivinícola de la región y recuerda que los marcos de plantación, la graduación y los kilos por hectárea de una viña para el cava no son los mismos que los de una explotación destinada a producir vinos tranquilos. Es consciente que “debería quedar claro, de entrada , si una viña se destina al cava o bien al vino tranquilo, lo cual no suele suceder”. Jaume Rovira ha sido la verdadera alma de una bodega del Penedès de la que han salido caldos que han degustado en el restaurante de Jean León en Beverly Hills –La Scala– celebridades como Warren Beatty, Marylin Monroe, Gary Cooper, Marlon Brando o a quien calificó como su cliente más pesado: Humphrey Bogart. Jean León también conoció hasta cinco presidentes de Estados Unidos: Lyndon B. Jonson, Richard Nixon, John F. Kennedy, Gerald Ford y Ronald Reagan. Incluso sirvió el banquete, con su propio vino, de la investidura de Reagan. Rovira no deja de sorprenderse que 15 años después del fallecimiento de Ceferino Carrión sigan sucediéndose comentarios, “sean verdaderos o falsos”, sobre este empresario y bodeguero con vida de película. Asegura que “en el trabajo Jean León me dispensó un trato muy cordial”. De hecho, asegura: “nunca tuvimos ningún problema y nunca nos discutimos”, y eso que trabajaron juntos desde 1964 hasta 1995.

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